En abril de 2001 estalla en el norte de Argelia una insurrección conocida como "La Primavera Negra". La chispa que prendió fuego a la ira social fue el asesinato, uno más, de un chaval a manos de los cuerpos represivos. El levantamiento trascendió los límites de la violencia insurreccional para organizarse de manera antijerárquica contra el Estado y sus defensores abiertos o encubiertos. Uno de los méritos de este movimiento es haberse dotado de una estructura democrática arraigada históricamente en Cabilia: los aarchs. Estas asanbleas de pueblo y de barrio le plantaron cara al Poder al mismo tiempo que ponían en marcha la organización de la vida social poniendo al Estado y a sus mercenarios en cuarentena.
Seis años después del inicio del movimiento Robert Vasseur señala los errores y fallos estratégicos de un levantamiento que ha pasado desapercibido para los radicales o los que son conocidos como tales.
Desorden. [1,00 euros]
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